Todo fotógrafo necesita aprender a crear y manejar la luz para obtener tomas de nivel profesional. Existe en el mercado una gran cantidad de luces de diferente tipos, tamaños y tecnologías. En si, no hay un tipo de luz mejor que otra y es muy difícil decretar qué tipo de luz de debe adquirir.
Por ello, el error más común que cometen los fotógrafos principiantes es guiarse por su bolsillo y adquirir el kit de iluminación más barato disponible como primera compra. Sin plantearse sus verdaderas necesidades. Rápidamente el hecho de que este tipo de kit no es suficiente o no es adaptado se hace evidente.
Cada tipo de luz tiene sus aplicaciones y propiedades. Para poder escoger la más adecuada es esencial saber qué tipo de fotografía se va a realizar.
Lo más recomendable para quien desea constituir un estudio fotográfico con elementos de iluminación, es empezar con luces continuas. Ya que estas proporcionan un mayor control de la luz, y permiten comprobar (a diferencia del flash) en tiempo real la iluminación y entender cómo afecta la cantidad y posición de luz al sujeto de la toma. De esta manera el fotógrafo principiante o avanzado no necesitará pasar tiempo de más ocupado por la medición de luz y podrá tener el máximo control sobre el efecto buscado.
Entre los diferentes modelos de luces continuas, las más recomendables para la realización de videos o fotografía de producto son las luces LED ya que emiten una luz continua estable, sin parpadeo o flicker.
Estas son ideales para iluminar pequeños y medianos objetos estáticos y el grado de dificultad de dominio es realmente bajo. A diferencia de las luces tipo Tungsteno en donde es muy importante tener en cuenta durante la composición que el sujeto deberá estar alejado de los focos, ya que estos llegan a grandes temperaturas, las luces LED no se calientan.
La luz producida no lastima los ojos de los sujetos tanto como las Tungsteno y hace que sean ideales para las largas sesiones de toma en video, televisión, o en fotografía de retrato o producto.
Otra diferencia entre estos dos tipos de luz, es que las luces LED cuentan con una taza de consumo energético baja. Muy apreciable ya que ahorra gastos en el estudio o plató. A diferencia de la taza de consumo energético de las luces Tungsteno que tiende a ser muy alta.
La vida útil de las bombillas LED es en promedio 15.000 horas y cuentan con la posibilidad de manejar la temperatura de color entre luz día o variable (3200-5500ºK). La mayoría de los paneles de luz LED incluyen además filtros modificadores o difuminadores e índice de reproducción cromática, lo que asegura una representación precisa del color real en la imagen. Es decir que al disparar, la luz no modifica los colores y se obtienen tonos de piel naturales, algo imprescindible en la fotografía de retrato, por ejemplo.
Ciertos modelos de lámparas LED pueden adaptarse directamente encima de una cámara DSLR o bien sobre cámaras de video. Otros son adaptables sobre trípodes de luz o cuentan con mangos para sostenerlos como antorchas manuales.
La mayoría suelen funcionar con una combinación de pilas AA y baterías recargables de Li-Ion para un mayor tiempo de grabación. Los modelos más avanzados cuentan además con adaptador A/C. Esto significa que serán aliados indispensables tanto en tomas en interior como en exterior.
En función de las marcas y mientras más se sube en gama, es posible encontrar algunos modelos de panel LED (o lámparas led) que cuentan con la posibilidad de controlarlos a distancia mediante controles remoto inalámbricos o inclusive aplicaciones de smartphone. Esto facilita el trabajo en estudio ya que al conocer las configuraciones deseadas, controlar la intensidad de la luz, encendido y apagado de la unidad es mucho más fácil.