Monitores de campo

Todo fotógrafo o camarógrafo ha tenido que enfrentar alguna vez el hecho de sentir que su trabajo perdió calidad al abrirlo en un computador, TV u otro monitor normal. Esto se debe a que la mayoría de monitores no están debidamente calibrados para poder observar la calidad real del trabajo realizado. Aunque esto no implica que la sesión en general haya quedado mal, pero sí hace que se pierdan esfuerzos importantes. Contar con un buen monitor permite ver los colores tal y como son, por ello son necesario los monitores de campo.

Estos equipos permiten observar el trabajo con mayor y mejor resolución en pantallas LCD, de esta manera logra lo que no es posible con las pantallas que vienen incluidas en la mayoría de cámaras; por ejemplo: aunque los equipos logren captar imágenes de 1080p, sus monitores no alcanzan a mostrar esta resolución debidamente y muchos detalles quedan por fuera. Es un apoyo extra a la hora de realizar grabaciones y fotografías, en el mercado se encuentran opciones que proporcionan información necesaria para realizar un enfoque correcto y una exposición adecuada.

Al observar la oferta que existe, la resolución es la característica más importante. Los monitores de menor calidad suelen tener una resolución entre 320x240 y 480x230, mientras que los de mejor calidad tienen una calidad de 800x480 o superior. La resolución no es lo único que permite tener una mejor imagen, también el tamaño de los monitores logra que puedan observar más detalles, no es lo mismo una pantalla de 3” incorporada a la cámara, a un monitor de campo de 7”. 

Otras características principales que se deben tener en cuenta son: Entradas y salidas, función pixel a pixel, volteo de imagen, fijación del monitor y alimentación del monitor. 

Las “entradas y salidas” hacen referencia a las conexiones con las que cuenta. Deben contar como mínimo, con una entrada BNC (vídeo en SDI), capaz de transportar vídeo en SD o en HD; también disponen de un conector Y/C (video en componentes) o conectores RCA o mini-jacks de 3,5mm (video en compuesto). Otra característica importante, es que cuente con la capacidad de sacar la señal de vídeo que recibe mediante un loop o PassThrough, lo que permitirá conectar otros dispositivos sin tener que distribuir la señal. Los equipos de gama alta cuentan con puertos HDMI para conectar con cámaras HDSLR. Los monitores a veces incorporan entradas de audio, para lograr por supuesto, mejor audición de lo grabado. 

La función “Pixel a Pixel” hace que sea posible aumentar una zona de la imagen, es decir hacer zoom sobre una parte en específico de la imagen sin que se produzca un efecto de “pixelado” en el trabajo, haciendo de esta manera que se produzca un efecto de contorno. Además del foco, también se puede trabajar el “pico”, que se basa en la lectura de líneas nítidas de la imagen.

En cuanto al “volteo de imagen”, consiste en la función básica de hacer eso: voltear la imagen. En ocasiones por comodidad se debe ubicar el monitor “al revés” o mejor dicho, girado a 180°; lo que se hace es girar la imagen, para que quede al derecho, con su posición original. Por otro lado, la “fijación del monitor” no hace referencia a una característica tecnológica del equipo, más bien práctica, y es cómo este puede ser ajustado a la cámara mediante brazos y/o zapatas. Y por último, la “alimentación” se trata de su carga y las baterías o conexiones que estos necesitan; la mayoría de monitores son para usar en exteriores, por ello requieren baterías.

Es un hecho que el monitor de campo ha pasado de ser una asistencia en grabaciones y fotografías a ser un elemento fundamental. Al igual que con otros equipos o accesorios en la producción de audiovisual, poder contar con estos facilitará el trabajo final. En el mercado se ofrecen múltiples opciones, con diferentes características, esto como siempre se ajustará a los requerimientos del realizador, su economía y sobre todo a sus capacidades para explorar estos equipos.