Un trípode es una de las herramientas indispensables para todo fotógrafo, profesional o aficionado, inclusive para las nuevas generaciones que capturan con sus teléfonos celulares.

Los trípodes están divididos en partes básicas muy fáciles de comprender:

La rótula, cabezal o cabeza: Es donde se instala de manera segura la cámara.
Existen varios tipos de bola, de video, fluida y de joystick. Es esta estructura que puede ser intercambiable que permite instalar una cámara fotográfica, o de video o inclusive un teléfono celular sobre el trípode.

La columna central: La pieza que sostiene la rótula y permite aumentar la altura. Existen modelos sin columna central, más estables, pero menos extensibles.

Algunos modelos cuentan con un gancho en la parte inferior de la columna para colgar elementos como bolsas de arena que añaden más estabilidad al bajar el centro de gravedad. 

Las patas: Posee tres piernas extensibles, con 3 o 4 secciones. Los materiales más comunes son aluminio (económico) y fibra de carbono (más ligero, pero más costoso).

Y por último están los pies o puntas de las patas; algunas son de caucho y otras cuentan con puntas que se anclan al terreno evitando que el trípode se mueva.

Para no perder estabilidad al momento de la toma, es recomendable extender primero la parte superior de las patas del trípode, y no extender demasiado su columna central, pues esto también es causal de perder estabilidad. 

Existe una gran diversidad de situaciones en las que te será beneficioso utilizar un trípode, pues te permite encuadrar con mayor precisión, y tendrás una idea del resultado de la foto antes de tomarla.

Por ejemplo, los trípodes son indispensables en caso de querer tomar una foto de grupo y no tengamos forma de sostener nuestro equipo ya sea por su peso, forma, o simplemente al momento de realizar un autorretrato. 

Así mismo las fotografías macro, que generalmente exigen la ausencia total de cualquier movimiento o vibración son obtenidas de manera mucho mejor con la ayuda de un trípode. Además, la versatilidad de la mayoría de trípodes profesionales te evita adoptar posiciones que serían extremadamente incómodas de mantener. 

Estas no son las únicas situaciones en las que la necesitad de un trípode de manifiesta, también al momento de realizar una toma de larga exposición, donde cualquier falla de pulso, o cualquier incidente podría causar vibraciones o movimientos inesperados que arruinarían por completo la toma.

Gracias a un buen trípode, puedes igualmente realizar tomas panorámicas, pues se pueden realizar movimientos uniformes sobre un mismo plano, lo cual también es excelente para capturar objetos en movimiento.

Podrás obtener fotos con mejores perspectivas sin perder la nitidez y sin tener que adoptar posiciones incómodas, gracias a la gran altura que pueden alcanzar los trípodes haciendo posible fijar la cámara por encima del nivel de nuestros ojos.

Además de las fotografías, el trípode es un elemento necesario en video. Pues gracias a la estabilidad que brinda, y a la posibilidad de realizar movimientos fluidos sin cambiar de plano, puedes lograr un vídeo de alta calidad evitando la fatiga que puede causar el esforzarte por permanecer inmóvil con tu cámara durante largos periodos de tiempo.

Un trípode te ofrece la posibilidad de mantener la cámara totalmente estática a una altura generalmente graduable, además la mayoría de ellos cuentan con un nivel de burbuja que nos permite saber que tan inclinada se encuentra la cámara con respecto al piso para obtener fotos perfectas; también podrás realizar composiciones más cuidadosas y así obtener mejores resultados.

Existen igualmente variaciones, por ejemplo la gama de trípodes llamados "de luz", diseñados específicamente para iluminación de estudio. Te permiten, (por medio de un Socket) instalar bombillos, flash u otros accesorios con los que podrás tomar fotos o grabar vídeos tanto en interiores como en exteriores de manera profesional. Y los monopies, existen también los trípodes convertibles en monopod.